Regresa el sarampión

Las consultas pediátricas solían girar en torno a la alimentación, el sueño o el crecimiento. Pero hoy, en muchas salas de espera, hay un tema que pesa mucho más: la vacuna contra el sarampión.

Lo que parecía una enfermedad del pasado ha vuelto a ser una amenaza real en varios países, incluyendo Estados Unidos. Y no es casualidad. El descenso en las tasas de vacunación, alimentado por el miedo, la desinformación y la desconfianza, ha abierto la puerta al regreso del virus. Según datos de la OMS, los casos de sarampión se han disparado en Europa y América.

Pediatras: hablar de vacunas se ha vuelto un acto de equilibrio.

Hay que explicar sin imponer, educar sin juzgar, entender los miedos de cada familia. Porque la resistencia a vacunar no es solo científica, es también emocional y cultural.

Algunos padres temen efectos secundarios

Sin embargo, la evidencia científica demuestra que la vacuna es segura y altamente efectiva. Otros, simplemente, han perdido la fe en las instituciones sanitarias tras la confusión y las contradicciones durante la pandemia de COVID-19.

El resultado es un círculo vicioso: más dudas, menos vacunación y más brotes. Y lo más preocupante es que el sarampión no es un simple resfriado. Según la Clínica Universidad de Navarra, puede causar neumonía, encefalitis y, en casos extremos, la muerte, especialmente en niños pequeños.

Romper este ciclo implica más que hablar de ciencia

Significa escuchar. Entender por qué hay miedo. Crear espacios de diálogo real, donde las familias sientan que sus dudas son válidas y atendidas. Esa es la única forma de recuperar la confianza y proteger, de verdad, la salud de los más pequeños.

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